Imagina que tus padres se mudan y su casa de toda la vida (es decir, la tuya) pasa a ser tu nueva vivienda, sólo para ti. ¡Genial! ¿no? Aunque bueno, quizá la cocina está un poco anticuada, las molduras del salón, el pasillo sin fin…y ese gotelé… ¿Y para qué quieres tantas habitaciones?
Los tiempos cambian, las formas de vivir también. Pero, sobre todo, cambian las personas que habitarán ahora la vivienda. Por eso, en este proyecto se plantea una reforma integral en la cual se trabaja tanto la distribución como la selección de acabados, el mobiliario y la decoración para conseguir una vivienda totalmente adaptada a las necesidades y gustos de su nuevo propietario.
La vivienda familiar pasa a ser hogar de un chico joven que vive solo, le gusta reunirse con amigos y, habitualmente, teletrabaja desde casa.
Una amplia zona de día que incluya espacio de trabajo, cocina abierta, 3 dormitorios y 2 baños completos es el programa inicialmente requerido por el cliente.
Pero antes de pensar en paredes y habitaciones, siempre es mejor analizar tu forma de vivir, deseos, necesidades, actuales y futuras… Así que, tras un análisis personal y profundo y muchas ideas y propuestas al aire, llegamos juntos a la conclusión de que lo que necesitaba nuestro cliente era una vivienda que pudiera evolucionar con él dependiendo de cómo evolucione su vida en un futuro. Es decir, lo que necesitaríamos todos.
Actualmente necesita una amplia zona de día para disfrutar, ligada a la cocina para poder celebrar comidas con amigos, una zona de trabajo en el salón porque “aunque me hagáis un estudio, cogeré el portátil y me sentaré en la mesa del comedor” y un dormitorio mínimo y sencillo, con zona de vestidor y baño en suite, idealmente.
¿Y en un futuro? Pues quizá necesite otro dormitorio o dos, o quizá no, puede ser que a la larga quiera trasladar la zona de trabajo a una habitación y convertirla en estudio, un segundo baño completo siempre viene bien y una zona de día amplia y unida a la cocina continuaría siendo perfecta.
Así pues, se plantea una nueva distribución dónde la zona de día es la gran protagonista. Un amplio salón comedor unido a una cocina abierta que ahora disfruta de un gran ventanal ya que se ha incorporado a ella el espacio de la antigua galería.
La ubicación de la zona de trabajo será flexible según necesidad, planteando un salón al que, literalmente, se le puede dar la vuelta y un par de rincones más donde se podría incorporar y que se dejarán previstos para ello.
El tercer dormitorio se descarta porque hacerlo independiente restaría superficie a la zona de día. Se diseña un segundo dormitorio de buenas dimensiones y se plantean diferentes formas de amueblamiento o separación a futuro.
Por último, el antiguo pasillo de los dormitorios se convierte ahora en un estupendo vestidor que incluye un baño en suite y conduce al dormitorio principal, entendiéndose todo el conjunto como la zona privada de la vivienda.
Una vivienda agradable y práctica que seguro nuestro cliente disfrutará por muchos años adaptándola a cada nueva etapa de su vida.
